Vino Nuevo, Cáliz Nuevo
3 de marzo de 2022
R. P. Alejandro Quezada, CMF
Un adagio medieval reza de esta manera: "Antiguamente los Sacerdotes eran de oro y los cálices de piedra; ahora los Sacerdotes son de piedra y los cálices de oro" Unas palabras que resultaban fuertes en aquellos tiempos... y también ahora. Este verso pone de manifiesta la calidad de vida y el testimonio de los Sacerdotes así como el modelo, los materiales y la calidad artística de los cálices.
El cáliz es un "objeto sagrado" importante en la vida cristiana, especialmente en la celebración de la Eucaristía, en donde se le vierte sangre y agua. Sangre como signo de la de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo y agua, como signo de nuestra humanidad. Antes de utilizarlo se "consagra" para destinarlo al culto litúrgico.
En la fabricación de cálices y patenas se combina la dimensión "simbólica" con la "artística" además de la materia prima (oro, plata, bronce, cobre, latón, etc). Existen muchos y bellos ejemplos de esta conjunción. En la Historia del Arte Cristiano destacan tres (datados en la Edad Media, siglo VII - IX) el cáliz de Tassilo, de diseño anglo-sajón, el de Andagh, pieza icónica del Arte Medieval Irlandé y el de Derrynaftan, de la cultura celta.
Todo este preámbulo para comentarles que en la Sacristía tenemos un cáliz y una patena plateados (o mejor dicho, niquelados) con motivos mexicanos en un fondo de color cafe oscuro (como se puede observar en las fotos). Tiene una leyenda: "Martín y Belén, para nuestro hijo sacerdote" y más abajo: 5 de julio de 1972. Seguramente su hijo es: Martín Sabás Contreras Ledezma, CMF
Este cáliz y patena pronto celebrarán sus "bodas de oro", casi cincuenta años al servicio de la Iglesia a través del Ministerio de "nuestro hijo sacerdote".