El pasado domingo 27 de abril, en el domingo de la Divina Misericordia, vivimos una jornada inolvidable junto a todos los grupos del CEFALAE (Centros de Formación de Agentes Laicos para Acciones Específicas) del decanato. Desde el primer momento se sentía la emoción y la alegría de sabernos parte de una misma Iglesia, caminando juntos en este hermoso proceso de formación y servicio. Fue una oportunidad única para encontrarnos como comunidad, compartir la fe y renovar nuestro compromiso como agentes laicos al servicio del Evangelio.

Uno de los momentos más significativos fue, sin duda, cruzar la Puerta Santa de nuestra catedral metropolitana. Con cada paso sentíamos que dejábamos atrás lo viejo y abrazábamos con entusiasmo el llamado de Dios a una vida nueva, llena de misericordia y entrega. Fue un gesto cargado de simbolismo y espiritualidad, que nos recordó que todos estamos llamados a la santidad, desde nuestras realidades cotidianas.

Luego, celebramos juntos la Santa Misa de Acción de Gracias, centro y culmen de nuestra jornada. En la Eucaristía, experimentamos la presencia viva de Jesús, y le ofrecimos todo lo que somos y hacemos como agentes pastorales.

Después de alimentar el alma, también tuvimos un pequeño convivio, donde cada uno fue compartiendo la comida que llevaba en un ambiente de hermandad.

Este Jubileo no solo fue una actividad más, sino una experiencia que nos renovó en el espíritu. Volvimos a nuestras comunidades con el corazón lleno y la convicción de seguir formándonos y sirviendo con pasión.

¡Gracias a Dios por este regalo de gracia y fraternidad!