Alegre convivencia en la casa de retiro
20 de febrero de 2025
Plenitud Parroquial
A veces pensamos que una casa de reposo es solo un lugar donde las personas mayores van a descansar... pero si miramos con los ojos de Dios, descubrimos que es mucho más. Es un hogar donde la vida sigue floreciendo, donde cada persona cuenta historias y cada paso lento es testimonio de la fidelidad de Dios a lo largo del tiempo.
En estos espacios, la ternura se convierte en lenguaje cotidiano, y el amor se escribe en pequeños detalles: una sonrisa, una conversación o simplemente estar presente.
Por esta razón, el pasado jueves 20 de febrero, algunos integrantes del grupo de Plenitud Parroquial, visitaron la casa de reposo donde se encuentra una amiga del grupo.
Convivieron una mañana con ella y los demás residentes de la casa, lo que les alegró mucho, y también compartieron algunas golosinas con ellos.
Por eso Jesús nos invita a reconocer su presencia en cada persona. En quienes han caminado más tiempo, encontramos sabiduría y una fe que ha sido probada y fortalecida. Ellos son la memoria viva de nuestra comunidad.
Acompañar, escuchar y abrazar con cariño es un acto de amor que ilumina la vida de quienes muchas veces sienten que el tiempo los ha dejado atrás. Pero para Dios, ningún corazón se jubila del amor.
Que nuestra presencia sea un recordatorio de que cada vida vale, que cada sonrisa cuenta y que el amor nunca se apaga, solo se transforma.