El pasado 16 de marzo, nuestra comunidad se unió en acción de gracias para celebrar el 12° aniversario sacerdotal del P. Miguel Castellanos, CMF. Su vocación misionera es testimonio de un amor sin fronteras, un reflejo del Cristo que camina entre su pueblo.

El sacerdocio no es solo una profesión o un servicio, sino una vocación, una llamada profunda a entregarse completamente a Dios y a su pueblo. En un mundo donde todo parece efímero y relativo, el “sí” de un sacerdote es un testimonio vivo de fidelidad y amor incondicional. Es dejarse moldear por las manos de Dios y ser puente entre el cielo y la tierra.

En la homília compartió su gratitud y con humildad, nos habló de cómo cada día el sacerdocio es un redescubrir de la misericordia de Dios y un renovar el compromiso de servir con generosidad.

Después de la Eucaristía, la comunidad se reunió para un fraterno convivio. En nombre de los agentes de pastoral se preparó un emotivo video con mensajes de agradecimiento y fotos de estos años compartidos en la Parroquia del Purísimo Corazón de María.

Se respiraba un ambiente de familia, recordándonos que el sacerdote no camina solo, sino acompañado por la oración y el cariño de su comunidad.

Este aniversario no solo celebró los años de ministerio del P. Miguel, sino que también fue un recordatorio de que la misión no es solo para unos pocos, sino para toda la Iglesia.

¡Felicidades, P. Miguel!

Que el Señor siga guiando tus pasos y que la Virgen María lo proteja siempre.