Domingo 29 de Marzo de 2020 5o de Cuaresma

29 de marzo de 2020

Parroquia del Purísimo Corazón de María

                  Nos unimos con alegría a la Iglesia Universal en este Quinto Domingo de Cuaresma y nos solidarizamos con todas las Personas de Buena Voluntad que viven la Cuarentena por la Pandemia. Nos unimos en oración por las personas que han fallecido a causa de este virus los últimos días, especialmente los Sacerdotes de Italia. Le pedimos al Señor que disponga nuestro vida y corazón para celebrar, como Familia Cristiana, el Misterio Pascual de Jesucristo Nuestro Señor.

 

A continuación presentamos las lecturas del día.

 

Ezequiel 37,12-14

 

                  Esto dice el Señor: Yo voy a abrir sus sepulcros, los voy a sacar de sus sepulcros, pueblo mío, y los voy a llevar a la tierra de Israel. 13Sabrán que yo soy el Señor cuando abra sus sepulcros, cuando los saque de sus sepulcros, pueblo mío. 14Infundiré mi espíritu en ustedes para que revivan, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo digo y lo hago, oráculo del Señor.

 

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor

 

Salmo Responsorial 129: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa

 

Romanos 8,8-11

 

                  Los que se dejan arrastrar por bajos instintos no pueden agradar a Dios. 9Pero ustedes no están animados por los bajos instintos, sino por el Espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece. 10Pero si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo muera por el pecado, el espíritu vivirá por la justicia. 11Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en ustedes, el que resucitó a Cristo de la muerte dará vida a sus cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en ustedes.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor

 

Evangelio de San Juan 11,1-45

 

                  En aquel tiempo, 3las hermanas de Lázaro le enviaron un mensaje: Señor, tu amigo está enfermo. 4Al oírlo, Jesús comentó: Esta enfermedad no ha de terminar en la muerte; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 5Jesús era amigo de Marta, de su hermana y de Lázaro. 6Sin embargo cuando oyó que estaba enfermo, prolongó su estadía dos días en el lugar. 7Después dice a los discípulos: Vamos a volver a Judea… 17Cuando Jesús llegó, encontró que llevaba cuatro días en el sepulcro… 20Cuando Marta oyó que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. 21Marta dijo a Jesús: Si hubieras estado aquí, Señor, mi hermano no habría muerto. 22Pero yo sé que lo que pidas, Dios te lo concederá. 23Le dice Jesús: Tu hermano resucitará. 24Le dice Marta: Sé que resucitará en la resurrección del último día. 25Jesús le contestó: Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá; 26y quien vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Lo crees? 27Le contestó: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo… 33Jesús al ver llorar a María y también a los judíos que la acompañaban, se estremeció por dentro 34y dijo muy conmovido: ¿Dónde lo han puesto? Le dicen: Ven, Señor, y lo verás. 35Jesús se echó a llorar. 36Los judíos comentaban: ¡Cómo lo quería! 37Pero algunos decían: El que abrió los ojos al ciego, ¿no pudo impedir que éste muriera? 38Jesús, estremeciéndose de nuevo, se dirigió al sepulcro… 39Jesús dice: Retiren la piedra. Le dice Marta, la hermana del difunto: Señor, huele mal, ya lleva cuatro días muerto. 40Le contesta Jesús: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? 41Retiraron la piedra. Jesús alzó la vista al cielo y dijo: Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. 42Yo sé que siempre me escuchas, pero lo he dicho por la gente que me rodea, para que crean que tú me enviaste. 43Dicho esto, gritó con fuerte voz: Lázaro, sal afuera. 44Salió el muerto con los pies y las manos sujetos con vendas y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desátenlo para que pueda caminar. 45Muchos judíos que habían ido a visitar a María y vieron lo que hizo creyeron en él.

 

Palabra del Señor

Gloria y Honor a tí Señor Jesús

 

 

 

Si quieres profundizar:

 

                  Los temas "vida y muerte" recorren todos los hilos de la liturgia de la Palabra de este quinto domingo de cuaresma. El Profeta Ezequiel presenta una visión bastante tremenda de un valle repleto de esqueletos calcificados. Pero es allí, precisamente allí, donde se pensaba que no había nada que hacer, donde el Espíritu de Dios irrumpe para hacerlo todo nuevo. Es importante que no confundamos el relato de Ezequiel con la resurrección de los Muertos que plantea el Nuevo Testamento. La Resurrección de los muertos que se plantea en ésta profecía equivale a la resurrección moral del pueblo en tiempos del destierro en Babilonia.

 

                  El apóstol Pablo en la Carta a los Romanos nos acerca a otra visión de la muerte y de la vida: el pecado y la gracia. El que cree en Jesús abandona los proyectos de muerte y entra en el proyecto de la vida a través de la experiencia bautismal. Por el bautismo el cristiano es sepultado con Cristo y es resucitado a una vida nueva. Vida que por su calidad está llamada a ser generadora de vida en abundancia, generadora de utopías, creadora de esperanza. El bautismo capacita al creyente para la nueva creación.

 

                  Este camino por las páginas de la Biblia, conducen al punto central de la Palabra de Dios hoy: la bella y grandiosa escena de Betania, pueblo natal de Lázaro y sus hermanas María y Marta. Hay un diálogo entre Marta y Jesús. Este diálogo es fundamental para entender toda la escena y la riqueza que tiene la misma. El diálogo, cargado de amor, pero también de reproches y esperanza, es signo de lo que cada creyente espera de la experiencia junto a Jesús. Marta está sin esperanzas, y eso es normal, su hermano está muerto. Jesús llega a renovar la esperanza y devolver los sueños. Marta es nuestra hermana. Ella, como nosotros, también necesita una fuerza mayor que la empuje, para renovar la fe. Eso es lo que hacemos cada domingo al ir a la eucaristía: renovar la fe en que todo puede ser nuevo. Creemos que Dios puede hacer siempre todo nuevo, haya pasado lo que haya pasado. Con la muerte de Lázaro, pero también con la de Jesús, se nos recuerda que todos pertenecemos a una misma familia: la humana. Todos hemos de morir. Pero la muerte ahora ha sido transformada. Dios, en la persona de Jesús, ha dado una palabra mayor a la de la muerte. La palabra de la vida.

 

 

Oración Universal

 

Hermanos, Hermanas, oremos a Dios, Padre todopoderoso, que quiere que todas las personas se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, digámosle todos con fervor: Escúchanos Padre.

 

* Por la Santa Iglesia, para que la conserve y proteja con su amor. roguemos al Señor.

Escúchanos Padre

 

* Por todos los pueblos de la tierra, para que conserve en ellos la paz y la concordia, roguemos al Señor. Escúchanos Padre

 

* Por todas las personas que están angustiadas con diferentes necesidades, para que les dé ayuda y remedio. roguemos al Señor. Escúchanos Padre

 

* Por todos los enfermos, especialmente aquellos que viven situaciones terminales, roguemos al Señor. Escúchanos Padre

 

* Por todos nosotros que estamos viviendo esta Cuarentena para que descubramos el valor de nuestra vida y la de los demás, roguemos al Señor. Escúchanos Padre

 

* Por todas las personas que han muerto recientemente, roguemos al Señor. Escúchanos Padre

* Por nosotros mismo y nuestra Comunidad para que se digne aceptarnos como una ofrenda agradable, roguemos al Señor. Escúchanos Padre

 

                  Concluyamos nuestra oración diciendo juntos la plegaria que el Señor nos enseñó: Padre Nuestro que estás en el cielo ....

 

Oración final: Ven, Señor, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén