Viernes Santo - Celebración de la Pasión del Señor

10 de abril de 2020

Parroquia del Purísimo Corazón de María

         El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por completo la celebración de los Sacramentos, excepto el de la Reconciliación y el de la Unción de los Enfermos.

 

         En la celebración de este día, el altar debe estar desnudo por completo, sin cruz, sin candeleros y sin manteles. Este es un día de luto en la Iglesia Católica. Hoy, de manera especial, se nos invita al ayuno y a la abstinencia. Jesús, el Redentor del mundo, obediente a la voluntad del Padre, entregó su vida en el Calvario por la humanidad entera. Es bueno hacer memoria de los hombres y mujeres que, fieles a su vocación cristiana, han entregado su vida al servicio del evangelio en los cinco continentes, como su Maestro.

 

         La liturgia de la Palabra presenta el Siervo de Dios, ese hombre anónimo que sufre con entereza, confiando en el Señor. Ese hombre, ora en silencio el salmo: En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu. Ese hombre, según la tradición cristiana, es el hijo de Dios que ofrece su vida en el árbol de la cruz.

 

Del Profeta Isaías 52,13–53,12

 

         Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. 14Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre ni tenía aspecto humano; 15así asombrará a muchos pueblos; ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo que nunca se había visto y contemplar algo inaudito…

 

Palabra de Dios

(Te alabamos Señor)

 

Salmo Responsorial (30): Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

 

         A tí, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos, encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R

         Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se espantan, los que me ven pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como un muerto, como un objeto tirado en la basura. R

         Pero yo, Señor, en tí confío. Tú eres mi dios, y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R

         Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor. R

 

De la Carta a los Hebreos 4,14-16; 5,7-9

 

         Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un sumo sacerdote excelente que penetró en el cielo, mantengámonos firmes en nuestra confesión de fe. 15El sumo sacerdote que tenemos no es insensible a nuestra debilidad, ya que, como nosotros, ha sido probado en todo excepto el pecado. 16Por tanto, acerquémonos confiados al trono de nuestro Dios, para obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno…

 

Palabra de Dios

(Te alabamos Señor)

 

Del Evangelio de San Juan 18,1–19,42

(Puedes hacer la lectura completa de tu biblia)

 

         En aquel tiempo salió Jesús con los discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto; allá entró él con sus discípulos. 2Judas, el traidor, conocía el lugar, porque Jesús muchas veces se había reunido allí con sus discípulos. 3Entonces Judas tomó un destacamento y algunos empleados de los sumos sacerdotes y los fariseos, y se dirigió allá con antorchas, linternas y armas. 4Jesús, sabiendo todo lo que le iba a pasar, se adelantó y les dice: ¿A quién buscan? 5Le respondieron: A Jesús, el Nazareno. Les dice: Yo soy. También Judas, el traidor, estaba con ellos… 15Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Como ese discípulo era conocido del sumo sacerdote, entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, 16mientras Pedro se quedaba afuera, en la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera y ésta dejó entrar a Pedro. 17La sirvienta de la portería dice a Pedro: ¿No eres tú también discípulo de ese hombre? Contesta él: No lo soy. 18Como hacía frío, los sirvientes y los guardias habían encendido fuego y se calentaban. Pedro estaba con ellos protegiéndose del frío. 19El sumo sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su enseñanza...

 

Palabra del Señor

(Gloria a tí, Señor Jesús)

 

Comentario para reflexionar:

 

         Jesús muere en la Cruz del Calvario. Hoy la Iglesia, con su pedagogía, invita a celebrar este misterio de amor. Es importante hacer silencio delante de este misterio. El autor de la vida ha probado la muerte, producto de la violencia que el mundo ha ejercido sobre él. Los violentos buscan a Jesús. Los que viven según el poder de dominio necesitan destruirlo. Un ser humano como Jesús: diáfano, libre, novedoso, autónomo, misericordioso, incluyentes y hermano de todos,  es una molestia para las estructuras de poder y amenaza para los detentadores del poder. A Jesús lo buscan para eliminarlo del todo. Necesitan asesinarle. Lo buscan con insistencia. La respuesta de Jesús a esa búsqueda tiene una palabra contundente: “Yo-Soy”. Esta respuesta tiene un valor teológico inmenso. La verdad de esta respuesta se explicitará cuando Jesús esté colgado en la Cruz. Allí Dios mostrará su gloria plenamente en el crucificado. Delante de ti Señor, muerto en la Cruz, te doy gracias por todo el amor donado hasta el extremo. Ayúdame a ser como tú.

 

Oración Universal

 

         La liturgia de la Palabra concluye con la oración universal, que en este día, se concentra en diez peticiones: Por la Santa Iglesia, por el Papa Francisco, por el Pueblo de Dios y sus Ministros, por los Catecúmenos, por la Unidad de los Cristianos, por los Judíos, por los que no creen en Cristo, por lo que no creen en Dios, por los Gobernantes y por los que se encuentran en alguna tribulación.

 

         Puedes hacer una plegaria por cada una de estas intenciones y concluir con un Padre Nuestro, la Comunión Espiritual y un Canto apropiado.