Superando el individualismo

10 de marzo de 2019

Alejandro Quezada, cmf

         Hace días falleció una persona famosa en el mundo de la moda y del espectáculo: Karl Lagerfeld. Un gran diseñador, instruido, educado y culto que se dedicó a la creación de ropa y a la fotografía colaborando con marcas de prestigio como Chanel y Fendi. Muchas personas se quedaron sorprendidas al darse cuenta de que toda su "fortuna" quedó en manos de su mascota, una gatita de angora, a quien el mismo llamaba "princesa". Felina que contaba, en vida de su dueño, con dos damas de compañía y un escolta. No se sabe a ciencia cierta cuál es la razón que tuvo Karl para heredarla y no nos podemos imaginar que es lo que ésta hará con la fortuna.

 

         Podremos preguntarnos, porqué esta herencia no se destinó a una causa, por ejemplo, la lucha contra el cáncer infantil, la reforestación de los bosques de algún país, la promoción de escuelas para sordos, las personas sin techo o con problemas de desnutrición, la protección de migrantes o porqué no se canalizó a alguna Institución como Unicef, Cáritas Internacional o Adveniat. No lo sabemos. Seguramente esta persona vivía en su "propio mundo".

 

         La Cultura Actual está promoviendo el individualismo en todos, de manera particular en las nuevas generaciones, como lo señalaron los Obispos Latinoamericanos, reunidos en Aparecida, Brasil en 2007: "... son las más afectadas por esta cultura del consumo en sus aspiraciones personales profundas. Crecen en la lógica del individualismo pragmático y narcisista, que suscita en ellos imaginarios especiales de libertad e igualdad" (Documento de Aparecida, 52). Individualismo que termina siendo la "característica dominante de la actual sociedad, responsable por el relativismo ético y la crisis de la familia" (Docto. de Aparecida 499).

 

         En este contexto, con luces y sombras, el domingo 10 de marzo, Don Jorge Estrada, Obispo Auxiliar de la V Vicaría, instituyó nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión, de los cuales cinco son de la Parroquia del Purísimo Corazón de María: Alba, Ligia, Rocío, Sergio y Verónica. Ellos, enviados por el Obispo, entregarán parte de su tiempo visitando a los enfermos de la parroquia para curar sus heridas "con el aceite del consuelo y con el vino de la esperanza". Estos nuevos ministros, enviados a colaborar en la construcción de la comunidad superando el individualismo, fortalecerán los lazos de afecto en la Parroquia, recordándonos que hay personas que participan con su propio dolor de la pasión de Cristo. Muchas Felicidades y que Dios fecunde su entrega, su servicio y su generosidad.