Nuestro templo

21 de marzo de 2020

Alejandro Quezada, cmf

                  Los primeros días de agosto del año 2017, se integró el CAFI (Consejo de Asuntos Financieros) de la Parroquia del Purísimo Corazón de María con la finalidad de cuidar y mantener en buen estado el templo parroquial y todos sus rincones. Un mes después, el Sismo del 17, nos obligó a tomar un descanso.

 

                  Al principio del año 2019 nos propusimos impermeabilizar la cúpula y la base perimetral del templo y con el apoyo de la feligresía, hicimos lo que nos habíamos propuesto además de pulir el mármol del presbiterio y del pasillo central del templo y pintar el fondo "azul" del Purísimo Corazón de María. Un trabajo que exigió diálogo, coordinación, trabajo de equipo y la ayuda de todo el Pueblo de Dios.

 

                  Como el CAFi iba adelgazando por diferentes circunstancias, en enero del año en curso, 2020, invitamos a otras personas a unirse al grupo. Y cuándo contemplábamos la posibilidad de "remodelar" un salón contiguo al Templo empezaron las voces de alarma y el cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus. Entramos en "cuarentena" y de nuevo se abre un paréntesis en nuestra dinámica interna.

 

                  De cualquier manera, hemos aprovechado el tiempo. Si tienes oportunidad de venir por este rumbo, podrás observar que se pintó el arco interior del templo (ubicado entre las puertas principales y las de madera de la nave central), se impermeabilizó y se pintó la "cornisa" del acceso a la cripta por Gabriel Mancera y la herrería de las doce ventanas de la sacristía de la misma. Trabajos sencillos, probablemente pero que, por alguna razón, no se habían renovado desde hacía tiempo.