Domingo 14º del Tiempo Ordinario

05 de julio de 2020

Parroquia del Purísimo Corazón de María. CDMX

         Con la gracia y la bendición de Dios hemos iniciado el mes de julio. Parece que la violencia sigue creciendo en el país y la pandemia continúa con su estela de enfermedad y dolor. En estos días, el Señor ha llevado a su casa a Carlos Huesca del Colegio Bíblico Apostólico y el viernes, Fiesta de Santo Tomás Apóstol, a Manuel López, esposo de Verónica de Silva. Pidamos a Dios por su eterno descanso y que el Dios de la Vida se sigue haciendo presente en medio de nosotros. Tengamos presentes a las hermanas Clarisas (del Scifi) que están haciendo sus Ejercicios Espirituales.

 

Del libro de Zacarías 9,9-10

 

         Así dice el Señor: Alégrate, ciudad de Sión: grita de júbilo, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso, humilde, cabalgando un burro, una cría de burra. 10Destruirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén; destruirá los arcos de guerra, proclamará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.

Palabra de Dios

Te alabamos Señor

 

Salmo Responsorial (144)

 

         R. Acuérdate, Señor de tu misericordia.

         Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre, y no cesará mi boca de alabarte. R

         El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para per-donar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas. R.

         El Señor es siempre fiel a sus palabras, y lleno de bondad en sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R

         Que te alaben, Señor, todas tus obras, y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.

 

Carta a los Romanos 8,9.11-13

 

         Hermanos: Ustedes no están animados por los bajos instintos, sino por el Espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece. 11Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en ustedes, el que resucitó a Cristo de la muerte dará vida a sus cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en ustedes. 12Hermanos, no somos deudores de los bajos instintos para vivir a su manera. 13Porque, si viven de ese modo, morirán; pero, si con el Espíritu dan muerte a las bajas acciones, entonces vivirán.

 

Palabra de Dios

Te alabamos Señor

 

Mateo 11,25-30

 

         En aquella ocasión Jesús tomó la palabra y dijo: ¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! 26Sí, Padre, ésa ha sido tu elección. 27Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce al Hijo, sino el Padre; nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo. 28Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. 29Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. 30Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

 

Palabra del Señor

Gloria a tí, Señor Jesús

 

Pistas para la Reflexión.

 

         En repetidas ocasiones el Papa Francisco ha dicho que los creyentes del siglo XXI tenemos dos grandes desafíos: cuidar del planeta que es nuestra casa común y vivir como hermanos. Dos desafíos y dos grandes tareas que exigen lucidez, creatividad y ánimo. Retos que cimbran la fe y la espiritualidad de todos los creyentes que trabajamos por el Reino.

 

         La liturgia de la palabra de este día tiene una fuerte dosis de alegría creativa que nace de la fe. Zacarías proclama, en el capítulo nueve, la presencia de un mesías humilde, justo, victorioso y poderoso que viene a salvar a su pueblo. La alegría es intensa y que profunda que debe gritarse, proclamarse. Zacarías recoge estas palabras como síntesis de la teología apocalíptica; su proclamación deja entrever la esperanza de paz para el pueblo de Israel al final del imperio persa. La situación del pueblo judío fue dolorosa y desesperante por la invasión de Alejandro Magno, primero y de las legiones romanas después. Sin embargo, gracias a la intervención amorosa de Dios, esta etapa concluyó. La noche pasó y la luz del nuevo día empieza a brillar.

 

         El reino de Dios no es una propuesta especulativa de Jesús, sino un símbolo bien conocido, que recogía los anhelos y las esperanzas más hondas de Israel. El proyecto del reino es la esperanza que Jesús encontró en el corazón de su pueblo y que supo recrear desde su propia experiencia de Dios, dándole un horizonte nuevo y sorprendente.

 

         El reino que Jesús les proclama responde a lo que ellos más desean: vivir con dignidad, en un ambiente de justicia, fraternidad y paz. Jesús no excluye a nadie. A todos le anuncia la buena noticia de Dios, pero esta buena noticia no puede ser escuchada por todos de la misma manera, pues la misericordia de Dios está urgiendo, antes que nada, a hacer justicia a los más pobres y humillados. Por eso la venida de Dios es un consuelo y alegría para los que están cansados y agobiados, mientras que se convierte en amenaza para los causantes de explotación. La Buena Noticia es una exhortación constante para llenarnos del "espíritu de Cristo" y liberarnos de los bajos instintos de la competencia, de la indiferencia y del egoísmo, como lo precisa la carta a los creyentes de Roma.

 

         ¿Será que nuestra proclamación del reino es buena noticia para los sencillos o nuestro discurso y práctica pastoral no les toma en cuenta?. Pidamos al Dios de Jesús que nos dé vida con su Espíritu, para que renovemos las fuerzas y logremos contagiar a quienes hoy se sienten cansados y humillados por la sociedad.

 

         Al terminar tu reflexión pon en manos de Dios tus intenciones personales y puedes concluir con esta Plegaria:

 

Oración de Consagración a la Virgen de Guadalupe